Feo, perro, convencido y sin plata, No mi amor, eso es mucho defecto junto!

 

Mi historia de desilusión y decepción

En la vida, a veces nos encontramos con personas que no cumplen con nuestras expectativas ni con nuestros estándares de calidad. Personas que no solo son poco atractivas físicamente, sino que también tienen una personalidad desagradable, una actitud estúpida y una situación económica precaria. Personas que, en resumen, son feos, perros, convencidos y sin plata.

Yo tuve la mala suerte de conocer a uno de estos ejemplares. Se llamaba… llámemelo don Juan. (Don Juan) era el típico hombre que se cree el regalo de Dios para las mujeres. Se creía irresistible, inteligente y exitoso, pero en realidad era todo lo contrario.

(Don Juan) era feo. Aunque cuidaba su aspecto personal, no podía ocultar su rostro poco agraciado. No tenía ningún atractivo físico que pudiera compensar su falta de belleza.

(Don Juan) era perro. No solo me engañaba con otras mujeres, sino que también me decía que no quería tener nada serio conmigo y que yo no me podía enamorar de él. Pero ¿quién podría enamorarse de un espécimen como él? No tenía ningún respeto ni consideración por mí, aunque a mi eso poco o nada me importaba.

(Don Juan) era convencido. No solo se creía superior a los demás, sino que también se jactaba de sus supuestos logros y cualidades. Me hablaba de sus proyectos millonarios, de sus viajes exóticos y de sus amigos famosos. Pero todo era mentira. No tenía ningún talento ni mérito que pudiera respaldar su arrogancia.

(Don Juan) era sin plata. No solo tenía una situación económica precaria, sino que también era un aprovechado y un mantenido. Me pedía dinero prestado, me hacía pagar todas las cuentas y nunca me devolvía nada. y no había indicios de que pudiera mejorar su condición.

(Don Juan) era un desastre. Un hombre que no tenía nada bueno que ofrecerme ni aportarme. Un hombre que solo me hacía sentir mal y me restaba valor. Un hombre que tenía demasiados defectos juntos.

Cómo recuperé mi dignidad y mi felicidad

Por eso, un día decidí alejarme. Me cansé de soportar su falta de consideración, de respeto, sus abusos y sus excusas. Me di cuenta de que merecía algo mejor. Merecía un hombre que fuera guapo, fiel, humilde y con plata. O al menos, uno que no fuera feo, perro, convencido y sin plata.

Así que le dije adiós a (Don Juan) y le di la bienvenida a mi nueva vida. Una vida en la que me valoro y me respeto a mí misma. Una vida en la que busco lo mejor para mí y no me conformo con menos de lo que merezco.

Si te sientes identificada con mi historia, quiero animarte a que también dejes a ese hombre que no te merece. No te quedes con alguien que sea feo, perro, convencido y sin plata. No te quedes con alguien que tenga mucho defecto junto.

Recuerda que eres una mujer valiosa y mereces un amor de calidad. Un amor que te haga sentir bien y te sume valor. Un amor que te haga feliz.

No tengas miedo de dejar ir lo que no te sirve y abrirte a nuevas oportunidades. La vida es demasiado corta para pasarla con alguien que no te valora.

Hoy te invito a tomar la decisión de escuchar a tu corazón y a tu dignidad. No permitas que nadie te haga sentir menos de lo que eres. Tú mereces un amor auténtico y respetuoso.

Atrévete a amarte lo suficiente como para soltar lo que no te sirve y abrirte al amor que te está esperando.

Recuerda siempre que tú eres suficiente, mereces lo mejor y mereces un amor sin defectos.

Gracias por acompañarme en este viaje de reflexión y empoderamiento personal. Siempre estaré aquí para apoyarte en tu camino hacia el amor propio y las relaciones saludables.

Con cariño, Yenny Astrid L.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top