Hola, soy Yenny Astrid, y hoy quiero compartir contigo una historia personal que me hizo reflexionar sobre cómo afrontamos las pérdidas. Una historia que me mostró cómo podemos caer en conductas inmaduras y autodestructivas para escapar del dolor, y cómo podemos superarlas.
Hola, soy Yenny Astrid, y hoy quiero compartir contigo una historia personal que me hizo reflexionar sobre cómo afrontamos las pérdidas. Una historia que me mostró cómo podemos caer en conductas inmaduras y autodestructivas para escapar del dolor, y cómo podemos superarlas.
En este post, te contaré cómo pasé de vivir de fiesta en fiesta, fingiendo que nada me afectaba, a enfrentar mi luto y mi soledad. Te relataré cómo aprendí a dejar de lado las personas y las cosas que no me aportaban nada positivo, y a buscar el apoyo y la ayuda que necesitaba. Y te daré algunos consejos para que tú también puedas superar una pérdida sin caer en el engaño y la evasión.
Acompáñame en este viaje hacia la madurez y la sanación, y descubre cómo puedes encontrar la paz y la felicidad en medio del dolor.
Mi momento de crisis: cuando perdí a mi seres queridos
Hace unos años, viví una de las experiencias más dolorosas de mi vida. Perdí a varios miembros de mi familia y a mi madre, quien era mi mayor apoyo y mi mejor amiga. Ella falleció de forma repentina e inesperada, dejándome un vacío enorme en el corazón.
En ese momento, sentí que mi vida perdía sentido. Me invadió una mezcla de emociones: tristeza, rabia, culpa, miedo. No podía creer que ya no la volvería a ver ni a hablar con ella. No podía aceptar que se había ido para siempre.
No sabía cómo enfrentar esa situación ni cómo seguir adelante con mi vida. Me negaba a sentir el dolor y a reconocer la pérdida. Me refugié en el alcohol, las fiestas y las personas equivocadas. Pensaba que así podría olvidarme de todo y ser feliz.
Mi proceso de engaño: cuando viví de fiesta en fiesta
Sin embargo, con el tiempo, me di cuenta de que esa forma de vivir no me hacía ningún bien. Me estaba engañando a mí misma y a los demás. Estaba escapando de la realidad y no estaba resolviendo nada.
Vivir de fiesta en fiesta solo me traía problemas y consecuencias negativas. El alcohol me hacía perder el control y actuar de forma irresponsable. Las fiestas me hacían perder el tiempo y el dinero. Las personas con las que me rodeaba no eran verdaderos amigos, sino falsos compañeros que solo buscaban divertirse sin importarles nada más.
Me di cuenta de que esa forma de vivir no era madura ni sana. Estaba evadiendo mi luto y mi soledad, pero no los estaba superando. Estaba fingiendo estar bien, pero por dentro seguía sintiendo un profundo dolor y un frío en el corazón.
Mi proceso de sanación: cuando decidí enfrentar mi luto
Fue entonces cuando decidí cambiar mi forma de vivir y buscar una solución real a mi problema. Decidí dejar de lado las personas y las cosas que no me aportaban nada positivo, y enfrentar con responsabilidad mi futuro.
Comencé un proceso de terapia psicológica por medio de la lectura y mis escritos, donde pude expresar mis emociones, entender lo que había pasado y trabajar en mi duelo. Aprendí que la pérdida de un ser querido es un proceso natural y doloroso, pero que se puede superar con tiempo y paciencia. Aprendí que no tenía que sentirme culpable ni avergonzada por lo que sentía, sino aceptarlo y expresarlo.
También aprendí el valor del autocuidado. Aprendí a cuidar de mi bienestar físico, emocional y mental. Prioricé mi trabajo, mi familia, la práctica de actividades que me brindaran alegría y el establecimiento de límites saludables.
Además, busqué el apoyo emocional de mis familiares y amigos verdaderos. Me rodeé de personas que me brindaban amor, comprensión y aliento en los momentos más difíciles. Compartir mis experiencias y emociones con ellos me hizo sentir acompañada y me comprendí que no estaba sola en mi proceso de sanación.
Mi resultado: cuando el luto se transformó en paz
Hoy en día, miro hacia atrás y reconozco el poder de la sanación en mi vida. Me ha enseñado que soy capaz de superar cualquier pérdida y encontrar la fuerza para seguir adelante. La sanación no solo me ha permitido cerrar las heridas del pasado, sino que también me ha ayudado a crecer como persona.
Gracias a la sanación, he podido aceptar la pérdida de mi madre y honrar su memoria. He podido encontrar la paz y la felicidad en medio del dolor. He podido rehacer mi vida con una nueva perspectiva y un nuevo propósito.
Mi invitación: cuando te animo a superar una pérdida sin engañarte
Te invito a que también descubras el poder de la sanación en tu propia vida. Si has sufrido una pérdida, no te engañes ni te evadas. Permítete sentir el dolor y reconocer la pérdida. Busca el apoyo de profesionales o personas de confianza y trabaja en tu duelo. Recuerda que la pérdida de un ser querido es un proceso natural y doloroso, pero que se puede superar con tiempo y paciencia.
Decide enfrentar tu luto y tu soledad, no por los demás, sino por ti. Libérate del engaño y la evasión y recupera tu paz interior. Supera tu pérdida por tu bienestar emocional y tu salud mental. Supera tu pérdida por tu felicidad y tu futuro.
En mi propio viaje hacia la sanación, he experimentado cambios profundos y significativos en mi vida. Te animo a embarcarte en este viaje también. Permítete descubrir el poder de la sanación para cambiar tu vida.
A medida que superamos nuestras pérdidas juntos, nos convertimos en personas más maduras y plenas. ¡No subestimes el impacto que la sanación puede tener en tu vida y en el mundo que te rodea!
Espero que esta historia personal te inspire a superar una pérdida sin engañarte. Si tienes alguna pregunta o necesitas más ayuda, estaré aquí para asistirte.
Soy Yenny Astrid L, y esta ha sido mi historia de sanación. Gracias por leerme.