Por qué escribo para despedirme
En este post, quiero expresar mi despedida, aunque sea en palabras que tal vez nunca lleguen a sus ojos. Escribo para liberarme, para cerrar un capítulo y seguir adelante. Escribo para dejar atrás los “hasta luego” que nunca se cumplieron y aceptar que nuestra historia ha llegado a su fin.
A lo largo del tiempo, he compartido mis pensamientos y emociones a través de mis escritos. He vertido en ellos mis sueños, mis anhelos y mis decepciones. Pero me doy cuenta de que ya no tiene sentido seguir escribiendo para alguien que ya no está presente en mi vida.
Cómo es mi despedida
Esta despedida no es una carta de resentimiento ni de rencor. Es una manera de cerrar el ciclo y encontrar la paz interior. Es un acto de amor propio y de autenticidad. Escribo para mí misma, para sanar, para soltar y para darle la bienvenida a nuevas historias y nuevos horizontes.
Puede que nunca lea estas palabras, pero eso ya no importa. Lo importante es que he encontrado mi voz a través de la escritura y he decidido usarla para decir adiós. Adiós a lo que fue, adiós a lo que pudo haber sido y adiós a lo que ya no es.
Con qué sentimientos me despido
Me despido con gratitud por los momentos compartidos, por las lecciones aprendidas y por todo lo que hemos vivido juntos. Me despido con la certeza de que cada experiencia, incluso las más dolorosas, nos ayuda a crecer y a convertirnos en versiones mejores de nosotros mismos.
Así que, aunque usted no me lea, seguiré escribiendo. Escribiré para mí, para el mundo y para aquellos que sí están dispuestos a escuchar mis palabras. Escribiré para explorar, para inspirar y para seguir adelante.
Gracias por haber sido parte de mi historia, aunque sea en un papel secundario. Que la vida nos guíe por caminos diferentes y que encontremos la felicidad que buscamos, cada uno por su propio camino.
Yenny Astrid L